¿Cómo se ha blindado México ante los sismos?
Los jóvenes menores de 25 años no recuerdan el sismo de 8.1 grados Richter que sacudió en 1985 a la Ciudad de México, y los menores de 50 años tampoco el de 1957 que derribó el Ángel de la Independencia, aunque sí quizá el de 1979 que tiró tres edificios de la Universidad Iberoamericana.
La capital del país, por no decir todo él, es sísmica; pero las lecciones también han sacudido conciencias. En la actualidad están en proceso de instalación en 3,300 escuelas públicas de la ciudad 40,000 aparatos de radio para recibir la alerta en caso de sismo, así maestros y alumnos tendrán de 50 segundos hasta un minuto para ubicarse en zonas seguras (es el tiempo que tarda el movimiento telúrico en sentirse desde que es detectado en las costas). Desde agosto de 1991 el país tiene un Sistema de Alerta Sísmica, con 12 estaciones de monitoreo, que vigilan a las capas tectónicas en las costas del Pacífico, sobre todo frente a Guerrero y Oaxaca.
Estos detectores emiten una señal cuando su movimiento rebasa los cinco grados Richter, la cual es captada por la estación central en la Ciudad de México y de ahí retransmitida a todas las estaciones de radio, televisión y los receptores instalados en edificios.
Por su parte, el Servicio Sismológico Nacional, adscrito al Instituto de Geofísica de la UNAM, tiene 37 estaciones de banda ancha repartidas en todo el territorio para registrar la sismicidad, como es magnitud y epicentro de los movimientos telúricos.
Otro sistema que se desarrolla es el ‘360 grados’, que monitorea en todos los puntos cardinales las ondas de compresión, las cuales son más rápidas que las transversales y rayleigh. Pero todo esto, aun con sus fallas, no serviría de nada sin la cultura de protección civil, es decir los ejercicios de evacuación o informarse sobre qué hacer en caso de un sismo; ubicar una zona segura o al menos una pared sólida con la cual protegerse.
También cabe considerar que los maremotos generan grandes olas en las costas del Pacífico, las cuales no es fácil detener ni predecir. Aunque en las playas se están comenzando a delimitar las áreas para los desarrollos turísticos, falta revisar estructuras y los planes de contingencia.
Ya México ha tenido tsunamis, como el ocurrido el 22 de junio de 1932 frente a las costas de Colima, que entró a la playa de Cuyutlán y arrasó con todo, u otro el 9 de octubre de 1995 también en Colima, que cubrió al pueblo de La Manzanilla.
Tomado de:
http://www.muyinteresante.com.mx/naturaleza/292889/alerta-sismica/
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