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2 de 2 12 DE OCTUBRE A 520 AÑOS DEL “DESCUBRIMIENTO” DE AMÉRICA ¿CELEBRACIÓN?

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LAS NUEVAS ENFERMEDADES TRAÍDAS POR LOS ESPAÑOLES DURANTE LA CONQUISTA  2/2.

DISMINUCIÓN DE LA POBLACIÓN INDÍGENA EN TENOCHTITLAN Y MESOAMÉRICA

Tenochtitlan mural Diego Rivera Wolfgang Sauber GFDL Wikimed

Algunos historiadores calculan  que  antes  de la Conquista había en Mesoamérica 25 millones de habitantes; para 1532, 16 millones; en 1568 poco mas de 2 millones y medio, y para 1605 había escasamente 1 millón.

epidemias traídas a América por los españoles

Aunque para el Siglo XVII la mortandad de indios  disminuyó,  las epidemias continuaron asolando a la Nueva España,  siendo las más importantes las de 1737, 1759-60, 1779-80 y 1784-86.

En los  primeros tiempos de la Conquista, la mortandad de indios no afectaba la economía de los españoles, pero ya en el Siglo XVIII sí,  pues -principalmente para las minasnecesitaban su mano de obra.

conquista de Mexico y esclavitud de los indígenas

Entre los trabajos forzados, el hambre y  las  enfermedades,  los  indígenas veían disminuir su número a pasos  agigantados, pues la conquista puso fin a  la  inmunidad  existente  en el continente, que había permitido una gran densidad de población; a la llegada de  los españoles América fue presa de las enfermedades europeas, y recibió la sucesión de enfermedades que en Europa – durante el  Siglo XIV– había reducido la población en un tercio. En América proliferaron enfermedades como la difteria, parotiditis, varicela, etc. La trilogía viruela, sarampión, varicela estaba en todo el Nuevo Mundo después de la llegada de los españoles.

epidemia

ENFERMEDADES TROPICALES

Además   de   estos  padecimientos,  los  conquistadores  también trajeron  enfermedades   tropicales  de  Asia   y   África,   que florecieron con gran violencia en las costas de América, en donde fueron mas mortíferas que las llegadas de Europa en el altiplano, pues si bien aquí  los  indígenas  fueron  diezmados  por  plagas   europeas, los de las costas veracruzanas y del Caribe,  prácticamente desaparecieron a causa de las enfermedades tropicales.

La densidad de la población en tierra caliente era  muy  elevada; pero  la conquista con su destrucción, y la Colonia con su brutal explotación, además de las  enfermedades  contagiosas, fueron más que suficientes para exterminar  la  población.

Zonas  que  a la llegada de los españoles habían sido un edén  y  estaban  densamente pobladas, quedaron casi deshabitadas unos cuantos años después de la conquista, convirtiéndose en infiernos donde señoreaban las enfermedades más mortíferas.  Aunque a finales del  Siglo XVII los indígenas adquirieron la  inmunidad  orgánica  necesaria para defenderse de las epidemias, el daño fue irreversible.

Las   epidemias  constituyeron  un  fenómeno  tanto  social  como  biológico,  y fueron consecuencia, tanto de la desorganización de los sistemas  productivos españoles,  como de la agudización de la explotación.

HUBO VARIAS EPIDEMIAS:

Viruela, 1520 a 1526

VIRUELA

La viruela (una de las diez plagas que asolaron a los aztecas) llegó en 1520 a Tenochtitlan desde Cuba, debido a un negro enfermo que viajaba en la flota de Pánfilo de Narváez que iba a apresar a Cortés, pero se unió a él.

La introducción de este virus en el territorio azteca cambió la historia de la conquista y ayudó a la derrota de Tenochtitlan, pues sucedió cuando los aztecas habían expulsado a los españoles de Tenochtitlán en la llamada “noche triste” por éstos.

HUÍDA DE LOS ESPAÑOLES EN LA NOCHE TRISTE PARA ELLOS

La epidemia duró unos dos meses, coincidiendo con la huida de Cortés de Tenochtitlan hacia Tlaxcala, dándole tiempo para reponerse entre sus aliados Tlaxcaltecas, mientras en Tenochtitlan enfermaban y morían decenas de miles de aztecas, entre ellos Cuitláhuac, hermano de Moctezuma, que le había sucedido en el trono del imperio Azteca.

CUITLÁHUAC

La Viruela ya era muy conocida en Europa, así que los españoles la identificaron rápidamente, mientras los indígenas que la desconocían le pusieron el nombre de hueyzahuatl (gran lepra).

La desesperación cundió entre los aztecas, que moribundos e inermes fueron fácil presa de los conquistadores. Sus dioses se habían ido, y los ayunos, ofrendas, sacrificios y abstinencias fracasaban.

Estas enfermedades no respondían a sus medicinas, ni sus médicos, curanderos y chamanes podían hacer nada para detenerlas, así que acabaron instalándose en sus tierras y en su gente, como regalo del Dios extraño de los españoles, ya que por donde quiera que estos pasaban traían males desconocidos.

CÓDICE DE LA CRUZ BADIANO

La primera epidemia de sarampión en el Nuevo Mundo.

Los aztecas aún no se reponían de la epidemia de viruela del período 1520-1526, cuando entre 1530-1531 llegó una nueva enfermedad: el sarampión, que se expandió desde la Nueva España hasta el Perú. Igual que las otras, esta enfermedad fue traída al continente por los españoles quienes la habían adquirido en las islas del Caribe, donde las dos terceras partes de los indígenas que aún quedaban en Cuba, murieron por sarampión en 1529.

Sarampión traído por los españoles a América

En la Nueva España el sarampión hizo estragos principalmente entre los niños, aunque la mortalidad no fue comparable a la de la viruela.

Los indígenas lo denominaron tepitonzahuatl (pequeña lepra) La epidemia  llego también a Guatemala, Nicaragua y Panamá, donde a los indios no sólo los mataba sino que a los sobrevivientes los dejaba muy exhaustos y no podían trabajar para los conquistadores (que era lo único que les interesaba).

El sarampión pasó hacia la región Andina posiblemente desde Panamá hasta la región de los Chibchas en Colombia, continuando hacia el sur a las comunidades Incas.

El sarampión, por la facilidad de su transmisión, quedó en el Nuevo Mundo como un azote permanente para la población, en especial para los niños.

Epidemia de 1545/1549

Epidemia de viruela en Tenochtitlan debido a la conquista

La población indígena sobreviviente de la conquista  y a las anteriores epidemias fue reducida a una tercera parte o menos y ya no hubo suficiente mano de obra (esclavos) indígena para ser explotada por los españoles.

Epidemia en 1576/1581.

Después de la devastación, en que encontraron la   muerte más de la cuarta parte de indígenas, los sobrevivientes tuvieron que trabajar aún más debido a los repartimientos (demanda de trabajo gratuito en beneficio de los españoles), pues los jueces repartidores aumentaron los porcentajes para este trabajo indígena.

También debido a la mortandad de los indios por esta plaga, los españoles tuvieron acceso a las tierras que habían pertenecido a los indígenas muertos por la epidemia.

Epidemia de 1736.

La población de la Ciudad de México (antigua Tenochtitlan) bajó de 22,000 a 4,000, según un censo de la época. En este caso, la plaga afectó también a los blancos y mestizos, pero en mucho menor medida.

Según datos de censos confiables[i], la población del Valle de México en tiempos de la conquista era de 1,500,00 habitantes, que se redujo a 325,000 en 1570.

Es interesante el hecho de que a las reformas de las leyes de 1549 (tendientes a regular el trabajo forzado de los  indios), siguió un receso de las epidemias en ese siglo.

CÓDICE DE  LA  CRUZ-BADIANO

PORTADA DEL CÓDICE DE LA CRUZ-BADIANO

En contraste, y en total oposición con lo anterior, para los conquistadores la gran cantidad de plantas medicinales que se usaban en América, significó su independencia de los medicamentos de la metrópoli.

CÓDICE DE LA CRUZ-BADIANO

Muchos de estos conocimientos se perdieron, pues no todas las civilizaciones prehispánicas conocían la  escritura;  sin embargo, durante la Colonia se produjeron diversos herbarios  ilustrados,el más famoso de los cuales es el CÓDICE DE  LA  CRUZ-BADIANO.

ENCABEZADO DEL CÓDICE DE LA CRUZ-BADIANO

Este  Codex  describe las enfermedades de la cabeza  a  los pies, con nombres y dibujos a colores de las plantas usadas por  los  médicos aztecas para su tratamiento.

CÓDICE DE LA CRUZ BADIANO 1

El Códice de la Cruz Badiano fue escrito en náhuatl por el indio mexicano Martín de la Cruztraducido al latín por otro indioJuan Badiano.

PÁGINA DEL CÓDICE DE LA CRUZ-BADIANO

El Dr. en antropología Angel María Garibay (18 de junio de 1892 – Ciudad de México, 19 de octubre de 1967), tradujo el antiguo documento sobre herbolaria del latín al español, conocido por su nombre latino como Libellus de medicinalibus indorum herbus.

ILUSTRACIÓN DEL CÓDICE DE LA CRUZ-BADIANO

Este manuscrito fue hecho por encargo del el virrey de Nueva España Antonio de Mendoza, quien murió meses después, habiendo sido nombrado virrey de Perú; posteriormente su hijo Francisco de Mendoza

Antonio de Mendoza primer virrey de Nueva España Wikicommons

(quien había tomado el mando de Nueva España al enfermar su padre) fue al Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco para solicitar su elaboración en menos de dos meses para ser enviado a España en 1552como  regalo  al rey  Carlos  I de España (Carlos V de Alemania); el monarca lo envió a la biblioteca del Escorial; después pasó a poder de un cardenal y finalmente a la biblioteca del Vaticano.  En 1990 el manuscrito, que aún se encontraba en el Vaticano, fue devuelto al pueblo mexicano por el Papa Juan Pablo II, el Códice hoy se encuentra de nuevo en México, en el Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, BNAH).

badanius-herbal-1

OTROS CÓDICES DE HERBOLARIA

Otros Códices americanos sobre plantas medicinales y otros medicamentos, son el VILLODAS y el CHILÁM BALÁM; posteriormente José Acosta publicó HISTORIA NATURAL Y MORAL DE LAS INDIAS       y, con  Nicolás Monardes, que publicó en 1565 un tratado sobre drogas americanas, se convirtió en introductor de las  plantas  medicinales aztecas e incas en Europa.

Otras fuentes primarias en torno a las propiedades medicinales de las plantas mesoamericanas anteriores a la Conquista son:

  • El Libro XI de Historia General de las cosas de Nueva España de fray Bernardino de Sahagún
  • La Historia natural de Nueva España, colosal obra publicada en 1628 por el  médico  toledano Francisco Hernández

Así como otros dos sin título.

  • Uno escrito en maya y
  • Otro elaborado por fray Francisco Jiménez, que hoy permiten conocer los remedios naturales con una mirada nativa.
  • En 1648 Willem Piso publicó otra sobre la medicina del  Brasil.

JARDINES BOTÁNICOS DE MOCTEZUMA

tlazochitl flor de noche buena o poisentia cultivada en jardines Moctezuma

En el imperio azteca había jardines botánicos que superaban a los de Padua y Pisa; Estos jardines se sustentaban en un conocimiento botánico influenciado por creencias religiosas.

Beltrán comenta que los antiguos mexicanos poseían una visión  mística y no podían tener una verdadera visión científica del universo y sus fenómenos, pero que esa visión mística también estaba presente en la mentalidad europea de los siglos XV y XVI y los españoles la trajeron al Nuevo Mundo.

León Portilla dice Acerca de esta cosmovisión:

“Se tenía conciencia de que además del saber estrictamente religioso, había otra clase de saber, fruto de observaciones, cálculos y reflexiones puramente racionales, que aún cuando podían relacionarse con los ritos y prácticas religiosas, eran en sí de un género distinto (Es decir relacionado con la ciencia).

Con respecto al arreglo de los elementos florísticos en los jardines botánicos, se dispone de descripciones imprecisas y en ocasiones redundantes.

En cuanto a su función Solís menciona:

repártanse francamente de los jardines del rey todas las yerbas que recetaban los médicos o pedían los dolientes, y solían preguntarse si aprovechaban, hallando vanidad en sus medicinas ó persuadido á que cumplía con la obligación de gobierno cuidando así de la salud de sus vasallos”.

Del Paso y Troncoso dice que el principal objetivo por el cual se establecieron los jardines botánicos del imperio de Moctezuma, fue el de crear centros experimentales de plantas regionales o de otras localidades para conocer o confirmar sus propiedades, además, de  “la ostentación y la riqueza de los reyes”.

Maldonado Koerdell dice: “era un centro ceremonial, una necesidad social de sus moradores”.

Lo que sí es claro es que en estos lugares las plantas medicinales tenían más valor que las ornamentales o alimenticias:

Cervantes de Salazar asienta: “No consentía Moctezuma que en estos vergeles hubiera hortalizas ni fruta diciendo que no era de Reyes tener granjerías ni provechos en lugares de sus deleites; que las huertas eran para esclavos o mercaderes, aunque con todo esto tenían huertos con frutales, pero lejos y donde pocas veces iba”.

Los jardines botánicos prehispánicos servían como centros de experimentación, conservación y observación, basados en una selección de ejemplares con los que se elaboró una clasificación fundada en el uso y las propiedades curativas de las plantas, es decir, con una visión científica

Desde  el  Siglo  XVI  la  combinación de plantas del viejo y del nuevo  mundo  sirvió  para  que  las  nacientes  corporaciones de boticarios   europeos  compusieran  sus  CODEXenriqueciéndolos ampliamente (y enriqueciendo a los boticarios -ahora laboratorios farmacéuticos también).

MÉDICOS AZTECAS

Los  médicos  aztecas  eran  lo  suficientemente capacitados como para  que Hernán Cortés le escribiera a Carlos V diciendo que no le hacían falta médicos europeos.

De hecho, cuando los aztecas hirieron a Hernán Cortés en la cabeza y se fue a refugiar a Tlaxcala, con sus aliados, el cacique envió por los mejores médicos indígenas (que ahora llamarían curanderos) para que curaran a Cortés, cosa que lograron rápidamente.

Batalla durante la conquista de México

SISTEMAS CURATIVOS INDÍGENAS ANTERIORES A LA CONQUISTA

Antes de la  conquista,  los  indígenas poseían sus propios sistemas curativos (limitados a su entorno, pero sumamente eficaces, pues disponían de una gran variedad de plantas medicinales y los  conocimientos  necesarios para aplicarlas), pero desconocían las  enfermedades europeas, que llegaron cuando su cultura en general  ya  estaba  dislocada  y  sometida.

Dice el Chilam Balam de Chumayel:

“(…) Entonces todo era bueno

 y entonces (los dioses) fueron abatidos

Había en ellos sabiduría.

No había entonces pecado…

No había entonces enfermedad,

no había dolor de huesos,

no había fiebre para ellos,

no había viruelas…

Esas patologías les eran desconocidas y escapaban a su  control, haciéndolos dependientes de la medicina de sus dominadores, quienes desde entonces han controlado el proceso, monopolizando las investigaciones y los tratamientos desde las metrópolis (ahora enormes laboratorios farmacéuticos), con miras a la expansión colonial, incluso usando explícitamente la enfermedad como  medio de sometimientoexterminio de las poblaciones  indígenas (ahora guerra bacteriológica), como dejaron asentado en algunos documentos coloniales.

ENFERMEDADES DESCONOCIDAS EN AMÉRICA

Si bien los análisis  osteopatológicos  realizados  a la fecha en huesos de indígenas prehispánicos indican la presencia de  anemia y enfermedades causadas por la desnutrición, y  enfermedades infecciosas debidas a la falta de condiciones sanitarias adecuadastambién muestran que después de la llegada de los españoles  hubo una serie de enfermedades antes no registradas, como viruelasarampión, tosferinaenfermedades  biliosas,treponematosis,  la enfermedad que ellos  llamaban  matlazáhuatl (fiebre amarilla) y muchas otras, para las cuales la población indígena no tenia inmunidad y que hicieron enormes estragos entre ellos (lo  cual  ya  sabemos  por  los relatos de españoles e indígenas de aquellos tiempos).

LA SALUD EN LAS COMUNIDADES INDÍGENAS PRE-CONQUISTA Y ACTUALES

Desde  la  Independencia de México  – y  hasta  ahora – la condición de los indios (en cuanto a enfermedades) ha  mejoradopero la carencia de salud que priva hoy día en las comunidades  indígenas,  es aún el producto de aquel  proceso  de  destrucción  sociocultural y ecológica y no de una falta de conocimiento  o  de  incapacidad histórica en lo que a salud se  refiere,  pues  dichas  comunidades en su proceso de adaptación  al  ambiente, desde mucho tiempo antes de la Conquista,  generaron  sistemas de conocimientos para prevenir las enfermedades  -principalmente- tratándolas con éxito (cuando se presentaban)  como  un  hecho  social y no individual, ya que ellos manejaban la medicina holística y no como lo hace ahora la medicina occidental, pues los médicos indígenas las trataban de manera holística, tomando en consideración no sólo al enfermo, sino a su entorno.

El proceso de coloniaje  y  dominación  impidió que los indígenas tuvieran un mayor desarrollo  de  conocimientos, tanto racionales (occidentales) como empíricos (que siempre tuvieron).

Todavía en este  Siglo XXI,  algunos programas oficiales de salud destinados a los indígenasdesconocen su riquísimo acervo de  conocimientos  y  sus  practicas  curativas y,  por lo tanto, tienen una actitud paternalista, pretendiendo guiarlos, diseñando planes que ignoran las situaciones especificas  de  cada grupo, y partiendo del supuesto de  que  los  indígenas  son  ignorantesirracionales.

Sin embargo, debe tomarse en  cuenta que, si bien sus vías no son científicas (en tanto que lógicas y racionales a la manera  occidental -y por lo tanto no son totalmente comprendidas  por  nosotros), sí poseen un saber  curativo  heredado de sus antepasados, ahora englobadas en las llamadas “medicinas alternativas” que deberían volver a aplicarse no sólo en los indígenas, sino en la población en general.

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Bibliografía

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Imágenes tomadas de internet, Pinterest  o de los enlaces relacionados.  Creo que no es necesario advertir que algunas fotos, son imágenes actuales, sólo para dar una idea de cómo fueron en aquellos tiempos y lugares.

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ENLACES RELACIONADOS

http://guiadelcentrohistorico.com/kmcero/el-centro-fondo/epidemias-en-la-ciudad-de-m-xico

http://elkunumi-guarani.blogspot.mx/2009/06/la-influenza-el-sarampion-la-viruela.html

http://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/14079265/genocidio-aborigen.html

http://www.historiacultural.com/2010/01/la-noche-triste-huida-tenochtitlan.html

http://es.scribd.com/doc/13279372/Imperio-Azteca

http://legionarios.webhispana.net/31%20Especiales/Mexico%20Crono.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Centla

http://www.buscate.com.mx/educativo/biografias/aguilar-jeronimo-de.htm

http://www.eluniversal.com.mx/notas/604968.html

http://www.aache.com/alcarrians/mendoza_antonio.htm

http://www.sev.gob.mx/servicios/publicaciones/serie_hcyt/jardines_botanicos.pdf

http://www.resumendehistoria.com/2011_01_01_archive.html

http://churrasconmerinas.blogspot.mx/2012/09/estados-desaparecidos-imperio-azteca.html

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[i] Gibson, 1980

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EL GENOMA NEANDERTAL por Carles Lalueza-Fox

Un valioso documento publicado por uno de los participantes en el Proyecto Genoma Neandertal, más especializado que el publicado en http://serunserdeluz.wordpress.com/2013/08/07/el-genoma-neandertal-2/  que es más accesible para todo público, éste, en cambio fue escrito por un participante del Proyecto Genoma Neandertal e incluye fotos, puedes leer ambos para comparar o elige el que prefieras, la información básica es la misma.

El genoma neandertal

Un cambio de paradigma en la evolución humanapor Carles Lalueza-Fox

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■ LA UNICIDAD HUMANALa mayoría de visiones cosmogónicas sobre el origen de los humanos nos lo muestran como algo procedente de la divinidad, de fuera del mundo natural. Ello ha sido en parte influido por nuestra evidente unicidad. Porque, de todas las especies de humanos del pasado, quizá más de una decena, nosotros somos los únicos que hemos llegado hasta tiempos históricos. Si nos consideramos excepcionales es, en el fondo, por la constatación de que somos únicos. Pero si alguna otra especie, como por ejemplo los neandertales, hubiese sobrevivido, no cabe duda de que el desarrollo intelectual de Occidente habría sido diferente.Filósofos como Platón, Aristóteles, Descartes, Rousseau, Hume o Marx han debatido sobre el verdadero significado de la naturaleza humana, pero sus ideas nunca han podido ser contrastadas con el método científico, porque les faltaba una base empírica. En otros casos se han propuesto como definitorios de los humanos algunos rasgos que después se han encontrado en otros primates, o incluso en mamíferos no primates, como el reconocimiento en espejo o la existencia de cultura o de tecnología. Normalmente se trata de rasgos de tipo cognitivo o social (que son aspectos humanos que nosotros mismos admiramos) que han sido seleccionados de forma apriorística porque encajaban en una determinada visión ideológica de cómo debía ser el ser humano. En esta lista se ha incluido la existencia de lenguaje, de arte figurativo, de autoconciencia, de una conducta simbólica compleja, del miedo a la muerte y de la creencia en un más allá. Podemos detectar la subjetividad de estos planteamientos, por ejemplo, en el caso del lenguaje. El evangelio de San Juan empieza de manera impresionante con esta afirmación: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.»Hay gente, incluyendo investigadores de psicología evolutiva, que querrían creer que este rasgo tan excepcional debe ser exclusivo de nuestra especie. Obviamente, nadie estaría tan entusiasmado con la idea definitoria propuesta por el escritor ruso Dostoyevski, que decía: «solo los humanos pueden ser tan artísticamente crueles». Pero la misma subjetividad también afecta a aquellos que proponen rasgos que podemos considerar como negativos; se ha descubierto, por ejemplo, que otros primates también se dedican a engañar a sus congéneres para conseguir comida, sexo o atención materna, y, por tanto, tampoco la mentira es exclusivamente humana. Para ver hasta qué punto son problemáticas todas estas definiciones, no hay más que recordar que nadie consideraría a alguien que fuera mudo, que no pudiese crear arte, que fuera ateo o que incluso se encontrase inconsciente en un hospital como si no fuera humano. En este sentido, el escritor Italo Calvino no se equivocaba cuando afirmaba que «la raza humana es un conjunto de individuos que debería definirse mediante la inclusión de todos ellos». Es decir, se trataría de una aproximación a posteriori, contrastable desde la ciencia: ver primero lo que tenemos en común todos los humanos.La era de la genómica ha abierto un nuevo frente para estudiar la naturaleza humana. Disponemos de los genomas de póngidos, nuestros parientes vivos más próximos (algunos ya publicados, como el del chimpancé, y otros, como el del bonobo y el orangután, en fase de análisis), y tenemos ya genomas humanos personalizados (hay que recordar que el genoma humano del proyecto original es en realidad un palimpsesto de diferentes individuos), como los de Jim Watson y Craig Venter. En el primer caso, sin embargo, es posible que se trate de referencias evolutivas demasiado alejadas en el tiempo como para que puedan dar una información muy precisa a nivel de genes con una alta tasa de cambio evolutivo. Es decir, aquellos genes que se han modificado en el linaje humano en las últimas decenas de miles de años, que es precisamente cuando surge nuestra especie. Nuevamente, la extinción de numerosas especies de hominino en los últimos dos millones de años ha dejado un enorme vacío de información evolutiva que el estudio del genoma del chimpancé no puede llenar.Algunos investigadores creen que, si se estudia con detalle lo que compartimos entre todos los genomas humanos, podremos construir una definición objetiva de la naturaleza humana. Pero los primeros datos del proyecto llamado «de los mil genomas» están empezando a mostrar otra dificultad: la enorme variación que existe en el genoma a nivel intraespecífico, incluso en rasgos, como las duplicaciones de segmentos enteros de cromosomas, que hasta ahora no se habían ni considerado. Es decir, podemos encontrar variantes genéticas presentes en todos los individuos estudiados pero no podemos estar seguros de que no carezca de ellas el siguiente individuo que analicemos. El problema será especialmente grave en las poblaciones más variables de la humanidad actual, las del África subsahariana, como se ha visto recientemente en la publicación de varios genomas de joisan y bantú. Una dificultad adicional sería la de categorizar como «exclusivo del humano moderno» variantes génicas que en realidad podrían haber estado presentes en otras especies extintas de hominino. Eso introduciría un bajo conceptual en nuestra comprensión de la naturaleza humana, porque nos interesan precisamente aquellas variantes presentes solo en nuestra especie.

A pesar de todos estos problemas, es obvio que lo que nos hace humanos a todos por igual es el hecho de compartir ancestros comunes, con numerosas interconexiones que integran a todos los humanos actuales en una gran red evolutiva. Pero eso no significa que todo el mundo comparta exactamente todos los genes de este proceso. Es decir, la corriente de la herencia, la historia evolutiva en común, es lo que nos acerca como especie, no un marcador concreto en la humanidad actual. Así pues, si pudiésemos acceder a la información genética de una referencia evolutiva más próxima en el tiempo que la de los chimpancés, entonces estaríamos en situación de poder delimitar exactamente las novedades evolutivas únicas de nuestra especie.

■ EL PROYECTO GENOMA NEANDERTAL

Los neandertales (Homo neanderthalensis) parece que surgieron de una serie de poblaciones más arcaicas del Pleistoceno medio europeo, a menudo clasificadas como Homo heidelbergensis. Fueron una especie humana que habitó en Eurasia hace entre unos 400.000 y unos 30.000 años, y que inició su proceso de extinción con la llegada a Europa, hace unos 40.000 años, de nuestros antepasados procedentes de África. La naturaleza exacta de sus interacciones durante este proceso, el significado adaptativo de sus peculiares rasgos morfológicos y el alcance real de sus capacidades cognitivas son aún motivo de controversia entre los investigadores.

40b-66El autor de este artículo, Carles Lalueza-Fox (en la imagen), forma parte del equipo multidisciplinar que estudia la cueva asturiana y ha participado en el Proyecto Genoma Neandertal.
© Equipo de Investigación de El Sidrón

Las técnicas de biología molecular han permitido, desde 1997, recuperar trece secuencias de ADN mitocondrial (incluyendo media docena de genomas mitocondriales o mitogenomas completos) de diferentes neandertales, incluyendo algunos del yacimiento asturiano de El Sidrón, datados hace 49.000 años. El ADN mitocondrial de los neandertales es diferente del de los humanos actuales y muy semejante entre sí, incluso entre individuos separados por miles de kilómetros. Se ha podido estimar, mediante el uso del reloj molecular, que ambos linajes de homininos se separaron hace medio millón de años. Todo eso indica que los neandertales no contribuyeron al ADN mitocondrial de los humanos modernos y que eran una especie con muy poca diversidad, y por tanto, con unos efectivos demográficos muy bajos.

El Proyecto Genoma Neandertal es un gran proyecto científico liderado por Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania), llevado a cabo con la colaboración de la compañía privada 454 Life Sciences-Roche, al que posteriormente se ha añadido la compañía Solexa-Illumina. El proyecto se inició en julio de 2006 con el objetivo de conseguir generar un borrador genómico neandertal en unos dos años. La finalización de este borrador se presentó públicamente el 12 de febrero de 2009, en la simbólica fecha del aniversario de Darwin. El análisis de todos los millones de secuencias de ADN costó un año entero, y la publicación no ha visto la luz hasta el pasado 7 de mayo, en la revista Science.

La consecución de este proyecto ha sido posible gracias a nuevas plataformas tecnológicas de secuenciación masiva en paralelo (también conocidas como de ultrasecuenciación), que no existían hace solo cuatro o cinco años, y que han permitido pasar del carácter artesanal del estudio del ADN antiguo a la generación de genomas extintos completos y del laborioso trabajo experimental a un análisis esencialmente informático.

La mayor parte del borrador se ha llevado a cabo a partir de tres pequeñas muestras óseas del yacimiento croata de Vindija, encontradas en el año 1980 y etiquetadas como Vi33.16, Vi33.25 y Vi33.26. Las tres corresponden a individuos femeninos diferentes, aunque la primera y la última comparten el mismo ADN mitocondrial y, por tanto, pueden estar emparentadas maternalmente. El borrador generado tiene una cobertura genómica de casi 2x, lo que significa que, de media, cada nucleótido del genoma (¡y hay unos 3.100 millones!) está representado por dos secuencias. En la práctica, sin embargo, eso quiere decir que un nucleótido tiene una o dos secuencias por encima y el vecino quizá no tiene ninguna, porque las secuencias se distribuyen al azar. Por eso tenemos alrededor del 63% del genoma (hay que añadir que las numerosas regiones formadas por secuencias repetidas no se podrán conocer nunca, dada la fragmentación del ADN original). El borrador de Vindija se ha completado con la secuenciación parcial de tres neandertales más, entre los que está El Sidrón 1253, procedente de Asturias, y datado hace 49.000 años. En este último caso, se han obtenido solo 2,2 millones de nucleótidos, es decir, un 0,1% del genoma.

■ NI «FUERA DE ÁFRICA» NI MULTIREGIONALISMO, SINO TODO LO CONTRARIO

Cuando los analistas genómicos empezaron a estudiar el genoma de Vindija y lo compararon con los genomas completos de cinco humanos actuales (dos africanos –un ioruba y un san–, un europeo, un chino y un nativo de Papua-Nueva Guinea), descubrieron algo que los dejó perplejos. Y no solo a ellos; es evidente que el hallazgo llevará a un cambio de paradigma en la evolución humana. Yo también he tenido que modificar mis planteamientos anteriores, fundamentados en evidencias más limitadas; pero es así como funciona la ciencia. El hecho es que los resultados no se ajustan a ninguna de las dos hipótesis extremas y totalmente incompatibles que se han formulado sobre el origen y evolución de nuestra especie: la conocida como «Fuera de África» y la multiregionalista. Se trata, pues, de una teoría nueva de la evolución humana.

41-66Entrada de la cueva de Vindija, en Croacia. Los huesos utilizados para elaborar el borrador genómico del neandertal han sido encontrados en este yacimiento.
© Johannes Krause, Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology

La hipótesis «Fuera de África» (a veces conocida también como Eva africana o Eva mitocondrial) mantiene que nuestra especie se originó en África hace entre 100.000 y 200.000 años y que se expandió posteriormente por los otros continentes, al mismo tiempo que reemplazaba a las poblaciones arcaicas locales (como los neandertales) sin cruzarse con ellas. La mayoría de estudios genéticos, y especialmente los basados en el cromosoma Y y el ADN mitocondrial, apoyan esta hipótesis, porque las ramas más basales de estos marcadores uniparentales siempre se encuentran en el África subsahariana y porque la diversidad encontrada es muy baja, y por lo tanto, reciente. Por el contrario, la hipótesis multiregional, defendida por algunos morfólogos que estudian fósiles, sostiene que las poblaciones humanas de cada continente derivan de emigraciones fuera de África muy antiguas, próximas a los dos millones de años, por parte de homininos muy antiguos como los Homo erectus o formas similares. Estas poblaciones habrían evolucionado localmente, dando lugar a los diferentes grupos humanos de cada continente, pero habrían mantenido una coherencia morfológica y genética (eso es obvio, porque todos los cruces humanos dan descendientes fértiles) mediante el flujo génico, es decir, el paso progresivo de genes de una área geográfica a otra sin grandes migraciones, solo por cruces minoritarios entre poblaciones adyacentes. A principios del siglo xxi, la inmensa mayoría de científicos –y todos los genetistas, podríamos decir– defendían la primera hipótesis y de hecho podría considerarse que todo esto era un debate ya cerrado.

Pues bien, los investigadores genómicos del proyecto han descubierto que, en varias secciones cromosómicas, el genoma neandertal es más semejante a los tres genomas no africanos (el de Nueva Guinea, Europa y China) que a los dos africanos. Si la hipótesis «Fuera de África» fuera correcta, esperaríamos justo lo contrario, porque, al estar los genomas africanos situados más cerca de la rama basal de toda la humanidad –y por tanto, más cerca del tronco común de ambos linajes–, deberían ser los más parecidos al genoma neandertal. De hecho, eso es lo que se observa en el ADN mitocondrial. El mitocondrial humano más parecido al de los neandertales es precisamente el de la hipotética Eva mitocondrial africana, la madre de todos los mitocondriales humanos.

En estas secciones de cerca de 100.000 nucleótidos de longitud, presentes en por lo menos 10 de los 23 cromosomas, la divergencia evolutiva entre neandertales y no-africanos es mucho más reciente que en el resto del genoma, porque la secuencia de ADN es prácticamente idéntica. Pero cuando se comparan las mismas secciones con las de los genomas africanos, estas son muy diferentes entre sí, y por tanto, dan tiempos de divergencia (es decir, de profundidad evolutiva) más antiguos. No puede tratarse de contaminación de fondo (que en las muestras de Vindija ha sido estimada en un valor muy bajo, de entre 0 y 0,5%), ya que esta se distribuiría uniformemente por todo el genoma y no en forma de bloques discretos como se encuentra aquí. Es decir, si se contamina una muestra con ADN externo, este se distribuirá por igual por todos los cromosomas. Para entender todo eso, imaginemos que somos el resultado de una hibridación; nuestro cromosoma 16, por ejemplo, ha recibido una copia del padre (pongamos neandertal) y otra de la madre (humana moderna), y cada copia es diferente en partes de su secuencia. Cuando nosotros tenemos descendencia, no le pasamos a esta una u otra copia de nuestros cromosomas 16, sino que generamos uno nuevo que es un palimpsesto de las dos copias que ya tenemos (por un fenómeno de intercambio genético que se conoce como recombinación). Es decir, el cromosoma 16 de la siguiente generación tendrá un bloque del 16 paterno, después un bloque del 16 materno, etc. A medida que nos alejamos en el tiempo de esta hibridación puntual, los bloques se irán fragmentando por sucesivas recombinaciones en los descendientes, pero aun así continuarán siendo discernibles en un análisis genómico global. Eso es lo que se encuentra en los genomas neandertales y de los humanos no-africanos estudiados, y representa entre el 1 y el 4% de los genomas de estos últimos.

La explicación más plausible es que estas regiones cromosómicas son el resultado de una hibridación antigua con neandertales que ha dejado huellas en los genomas no africanos de nuestra especie. Para que eso se haya podido producir, el fenómeno debe haber tenido lugar poco después de la salida común de África, hace unos 100.000 años. La huella genómica no es lo bastante reciente como para que los últimos neandertales se hayan cruzado con los humanos modernos que entran en Europa hace 40.000 años. Entre otras cosas, si hubiese sido así, el rastro evolutivo solo se encontraría en el individuo europeo, y no en los tres no africanos, que incluyen uno de Oceanía.

¿Dónde tuvo lugar, pues, este increíble encuentro? Desde hace muchos años se sabe que neandertales y humanos modernos primitivos coexistieron en la zona del Próximo Oriente (y probablemente por todo el Oriente Medio). En Israel, encontramos yacimientos muy próximos que contienen la misma tecnología lítica del paleolítico medio pero con restos fósiles que son o bien neandertales o bien humanos modernos. Las dataciones, sin embargo, no son coincidentes y eso había hecho pensar que, a pesar de la proximidad geográfica, quizá nunca se encontraran en persona. El neandertal arcaico de Tabun tiene una datación de 120.000 años; los humanos modernos arcaizantes de Skhul y Qafzeh, alrededor de 90.000-100.000; y los neandertales de Kebara y Amud, alrededor de 60.000. Además, hay otros restos neandertales en Siria (Dederiyeh) y en Iraq (Shanidar). Es probable que en toda esta región hubiese algunos cruces cuando nuestros antepasados empezaron a salir de África. Cuando una población colonizadora como la de los humanos modernos se encuentra con una población residente, incluso un número muy pequeño de cruces entre ambas poblaciones puede dejar una huella genética muy grande en la primera, por la propia dinámica expansiva de la población colonizadora. Como consecuencia, el flujo génico normalmente solo se detecta, como es el caso, de la población residente a la colonizadora. El hecho de que los linajes mitocondriales sean claramente diferentes puede informarnos de un sesgo sexual en estos cruces (hombres neandertales con mujeres humanas modernas), pero de hecho también sería compatible con la pérdida por efecto del azar a lo largo de las generaciones de los mitocondriales de origen neandertal si el flujo génico fue, como parece, limitado.

Reconstrucción de un grupo de neandertales. Algunos de estos se muestran como pelirrojos, rasgo genético que descubrió el equipo de El Sidrón en 2007 y que se ha incorporado ya a toda la imaginería neandertal.
© Johannes Krause, Grupo neandertal por Atelier Daynes, París, Francia. Museo de los Neandertales de Krapina (Croacia). Proyecto y realización del museo: Zeljko Kovacic y Jakov Radovcic«La explicación más plausible es que estas regiones cromosómicas son el resultado de una hibridación antigua con neandertales que ha dejado huellas en los genomas no africanos de nuestra especie»40-66El investigador de la Universidad de Oviedo Marco de la Rasilla y Svante Pääbo, el investigador principal del Instituto Max Planck, en la cueva de El Sidrón de Asturias. Además de los fragmentos de la cueva de Vindija, el borrador se complementó con la secuenciación de otros tres neandertales procedentes de Mezmaiskaya (Rusia), de Feldhofer (Alemania) y de El Sidrón.
© Equipo de Investigación de El Sidrón«Los investigadores genómicos del proyecto han descubierto que en varias secciones cromosómicas, el genoma neandertal es más semejante a los tres genomas
no africanos que a los dos africanos»«Si ha habido flujo génico, quizá debemos decir que se trata de la misma especie, ya que el concepto biológico de especie es el de una unidad reproductivamente cerrada»

«Los resultados del proyecto científico no se ajustan a ninguna de las dos hipótesis que se han formulado sobre el origen y evolución de nuestra especie. Se trata de una teoría nueva de la evolución humana»

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Los investigadores obtuvieron la mayoría del ADN utilizado para su estudio de estos fragmentos de hueso pertenecientes a tres hembras neandertales que fueron encontradas en la cueva de Vindija en Croacia.
© Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology

«Para comprender lo que representan los cambios encontrados, deberemos estudiarlos uno a uno, y entender la función diferencial en humanos modernos y en neandertales»

42c-66_espEstos mapas muestran cómo se produjo la interacción entre humanos modernos y neandertales hace entre 70.000 y 80.000 años. Según la investigación realizada por investigadores del Instituto Max Planck en colaboración con científicos españoles del CSIC, esta hibridación podría haber tenido lugar en el Próximo Oriente (mapa de arriba), y desde allí se habría expandido por zonas de Eurasia y Asia, como se ve en el mapa de debajo.
© Comunicación CSIC / Antonio Rosas
Finalmente, hay otras zonas en el genoma neandertal que muestran una profundidad evolutiva más grande que el resto. Siguiendo el mismo razonamiento, corresponderían probablemente a rastros más antiguos de hibridaciones con humanos aún más arcaicos. Obviamente, no disponemos del genoma de un Homo erectus o de un Homo antecesor para poder mirar si comparten estas zonas genómicas, pero todo parece indicar que diferentes expansiones humanas han conllevado que hubiese repetidamente flujo génico con otros grupos procedentes de expansiones anteriores.Un estudio publicado recientemente apunta también en esta dirección. Se trata de la recuperación del genoma mitocondrial de un pequeño hueso del dedo de la mano encontrado en la cueva siberiana de Denisova y datado entre hace unos 30.000 y unos 48.000 años. La secuencia mitocondrial corresponde a un linaje que es muy diferente de los humanos modernos y también de los neandertales, y el tiempo de divergencia de este ha sido estimado en un millón de años. Aunque los periodistas lo interpretaron como el hallazgo genético de una nueva especie, hay que recordar que no existe una correspondencia directa entre divergencia genética y diferencia de especie. Algunas especies están estructuradas geográficamente y eso provoca notables diferencias evolutivas entre individuos. Por ejemplo, se sabe que entre los mamuts había dos grupos de linajes mitocondriales que habían divergido hace entre 1,5 y 2 millones de años, y nadie ha dicho que fuesen dos especies diferentes de mamut. Podría ser que Denisova fuera, genómicamente, morfológicamente, y también culturalmente, otro neandertal, pero que su linaje mitocondrial fuera el rastro de un flujo génico con homininos anteriores. Obviamente, eso se podrá saber estudiando su genoma nuclear, ya que la forma peculiar de transmisión del ADN mitocondrial nos enmascara las posibles explicaciones evolutivas.■ UNA DIFICULTAD INESPERADAAhora bien, todo eso conlleva una nueva dificultad. Para saber lo que es exclusivamente humano necesitamos disponer de una referencia evolutiva externa, pero si hay evidencias de transferencia de genes entre los linajes de los neandertales y de los humanos modernos, quizá no las tenemos. Es decir, si ha habido flujo génico, quizá debemos decir que se trata de la misma especie, ya que el concepto biológico de especie es el de una unidad reproductivamente cerrada. A nivel genético, no hay nada que permita definir que dos poblaciones (o dos individuos) son de especies diferentes; unos pocos cambios genéticos pueden conllevar barreras reproductivas. A nivel morfológico, tampoco; conocemos casos de organismos –las llamadas especies crípticas– que son casi indistinguibles externamente y en cambio pertenecen a especies diferentes. Pero mirándolo bien, el concepto de especie no deja de ser una idea conveniente, un concepto, digamos, operativo, que necesitamos los biólogos para trabajar, desde los taxónomos hasta los conservacionistas. El mismo Darwin creía que los linajes evolutivos eran uncontinuum y que cortarlos en especies era una arbitrariedad nuestra. Tenía razón; por ejemplo, es absurdo considerar que en algún punto del linaje neandertal encontraremos un individuo que será ya neandertal mientras que sus progenitores serán aún Homo heidelbergensis.45-66Diversos cráneos de neandertales y al fondo uno de Homo sapiens. La publicación del primer borrador del genoma neandertal ha revelado que el Homo sapiens euroasiático comparte de un 1% a un 4% de su ADN con los neandertales.
© Comunicación CSICEstá claro que varias evidencias parecen indicar que se trataría de dos especies diferentes: por ejemplo, la morfología neandertal, tan característica, se encuentra fuera del rango de variación de la humanidad actual, y diversos marcadores genéticos, como el ya mencionado ADN mitocondrial, muestran una clara separación entre ambos linajes. Lo más plausible es pensar que hubo un fenómeno restringido de hibridación cuando las dos especies entraron en contacto hace quizá 100.000 años. Este hallazgo inesperado no invalida, aunque dificulta, nuestro planteamiento inicial para caracterizar la naturaleza humana.

■ LA DEFINICIÓN GENÉTICA DE SER HUMANO

La forma más directa de buscar singularidades en el genoma neandertal es buscar aquellos genes que presenten cambios de aminoácido, que, con toda probabilidad, afectarán a la función de la proteína codificada. Se han localizado 78 genes con estos tipos de cambios, aunque a causa de la baja cobertura genómica podría haber hasta tres veces más. Algunos genes de la lista son fáciles de interpretar. Por ejemplo, hay cambios en cinco receptores olfativos que nosotros probablemente tenemos inactivados porque hoy en día no son importantes para nuestra supervivencia. Nosotros, más que ningún otro primate, somos animales esencialmente visuales.

En cinco genes más hay dos cambios de aminoácido (lo que implica un cambio de función aún más importante). Tenemos el gen SPAG17, que parece tener un papel importante en el movimiento del esperma; el gen TTF1, que es un factor de transcripción que actúa activando otros genes; el gen DCHS-1, que codifica para una proteína que interviene en la cicatrización de heridas; el gen RPTN, que codifica para una proteína que se expresa en la epidermis y que está implicada en las glándulas sudoríparas, la raíz de los cabellos y las papilas de la lengua; y el gen SOLH, que codifica para una proteína que aún no sabemos qué función tiene.47-66

El investigador Svante Pääbo, con la reconstrucción de un cráneo neandertal. El científico del Instituto Max Planck, uno de los más reconocidos expertos en ADN fósil, ha liderado el Proyecto Genoma Neandertal, del cual se presentaron las conclusiones en mayo de 2010.
© Frank Vinken
También se han localizado 82 regiones que muestran señales de haber sido seleccionadas de manera positiva por las fuerzas evolutivas (eso se detecta porque este proceso deja una zona de baja diversidad genética alrededor). En una de estas regiones existe el gen AUTS2, que codifica para una proteína que se expresa en el cerebro durante el desarrollo neuronal, y que, cuando está mutada, puede causar autismo. El autismo es un trastorno que se caracteriza por afectar a la conducta social, la capacidad de atención, la planificación y la comunicación del individuo. Curiosamente, otros genes relacionados con el autismo, como el ACCN1 y el CADP2, y algunos asociados a la esquizofrenia (NRG3) y a los trastornos cognitivos del síndrome de Down (DYRK1A), también parecen estar bajo selección positiva en humanos modernos. Desde hace tiempo se ha sugerido que el espectacular desarrollo cognitivo de los humanos conllevó secundariamente la aparición de nuevos trastornos mentales cuando los genes implicados en este proceso evolutivo sufren mutaciones. Es decir, nuestra enfermedad mental es consecuencia de ser quienes somos, lo que ahora se llama, en contextos bélicos, un «daño colateral». Estas evidencias parecen indicar que podría haber diferencias sustanciales entre nosotros y los neandertales en aspectos cognitivos que se deberán investigar.

Otros genes situados en regiones cromosómicas con rastros de selección incluyen el gen THADA, que se ha asociado a diabetes de tipo II. Podría ser que este gen tuviese una función diferente en neandertales y humanos modernos, y por tanto, podría indicar también diferencias en el metabolismo, quizá asociadas a diferencias en la dieta. Otro gen interesante localizado en una de estas zonas es el RUNX2. Sabemos que, cuando alguna mutación lo inactiva, se produce un trastorno de la osificación (conocido como displasia clidocranial), que incluye el retraso en el cierre de las suturas craneales, un hueso frontal anormalmente abombado, una clavícula con un desarrollo incompleto y una caja torácica en forma de campana. Curiosamente, algunos de estos rasgos exagerados por el trastorno corresponden a aspectos morfológicos que difieren entre nosotros y los neandertales, los cuales se caracterizan, entre otras cosas, por presentar cráneos alargados, redondeados por detrás y con el frontal poco vertical.

Tenemos, pues, evidencias de que algo pasa con genes como SPAG17, TTF1, RPTN, SOLH, TRPM1, NRG3, DYRK1A, RUNX2, THADA, AUTS2, CADP2 y ACCN1. A esta lista provisional de sospechosos se deberían añadir otras docenas de genes que muestran algún cambio de aminoácido. Esta pequeña lista, que incluye genes implicados en la fisiología de la piel, la pigmentación, la cognición, el desarrollo óseo y el metabolismo, podría ser clave para definir nuestra especie. Pero para comprender lo que representan los cambios encontrados, deberemos estudiarlos uno a uno, y entender la función diferencial en humanos modernos y en neandertales. La forma más fácil de conseguirlo será crear ratones transgénicos con estos genes neandertales. La «neandertalización» de ratones será una de las consecuencias científicas del genoma neandertal, e implicará bastantes años de investigaciones y posiblemente de hallazgos espectaculares. Pero por ahora, estamos empezando a confeccionar la lista genética donde se esconden las claves de nuestra humanidad. No solo sabremos cómo sentían, pensaban, comían y enfermaban los neandertales, sino que sabremos qué es lo que nos hace diferentes a nosotros. Los neandertales, nuestro espejo evolutivo, nos ayudarán a definirnos, 30.000 años después de su extinción, y podremos ser, por primera vez, nosotros mismos.

Bibliografía
Green, R. E. et al., 2010. «A Draft Sequence of the Neanderthal genome.» Science, 328 (5979): 710-722.

Carles Lalueza-Fox. Profesor titular. Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF), Barcelona. Miembro del Equipo de Investigación de El Sidrón.
© Mètode 66, Verano 2010.

Tomado de:  http://metode.cat/es/revistas/documento/el-genoma-neandertal

 

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HECHICEROS, MAGOS, CHAMANES Y BRUJOS capítulo 2

Los poderes reales de chamanes y brujos

serunserdeluz

Por: Silvia Eugenia Ruiz Bachiller, ver condiciones de © al final.

Viene de:

http://serunserdeluz.wordpress.com/2013/02/24/es-la-brujeria-magia-negra-capitulo-1/

Hechiceros y Magos.

NOTA: no hablo aquí de los ilusionistas que se presentan en espectáculos públicos, sino de verdaderos magos que manejan energía.

La hechicería (witchery, en inglés, se deriva de wicca, en anglosajón: el sabio mago que debilita el poder del mal)[12]  es el arte de producir resultados prodigiosos, ya que el hechicero o mago (de Magister, el sabio o maestro) tiene conocimientos para percibir el pasado y el futuro y poderes para tratar la enfermedad y la salud.

RITOS PREHISTÓRICOS

Sus ritos son de origen prehistórico, tienen ritos de iniciación y danzas mágicas que efectúan en sus lugares ceremoniales, ya sea bajo techo, en casas privadas que tienen un salón adaptado para los ritos, o a la intemperie en lugares alejados de las poblaciones y…

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