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EL IMPERIO MEXICA (AZTECA) EMPIEZA A DOMINAR EN EL ANÁHUAC, 1427

LOS AZTECAS 1427-1520

 

En 1427 Itzcoatl llega al poder como el cuarto “tlatoani” de los aztecas o mexhica, como ellos se llamaban a sí mismos.   Durante este período, la ciudad de Tenochtitlán comienza a dominar sobre los pueblos previamente establecidos alrededor de la Cuenca de México, quienes se daban cuenta de la superioridad de los mexhicas sobre otros pueblos indígenas.

 

Los aztecas  eran herederos de un espíritu dual,  por un lado consideraban que habían recibido de sus antepasados sedentarios la civilización tan alta que merecía la justa admiración y respeto de otros pueblos a su alrededor.

Al mismo tiempo permanecía en su memoria colectiva el hecho de que hacía 1168 habían iniciado su peregrinaje hacia el sur,  abandonando el “lugar de la blancura”,  Aztlán, para siempre;  sus antepasados habían sido nómadas, aguerridos y salvajes.  Esta dualidad les permitió mostrar sus habilidades como buenos constructores de calzadas-diques, acueductos y templos y por otra parte aplicaban  su inteligencia a las estrategias de guerra, lo que les permitió ir sometiendo poco a poco  a todos los otros pueblos cercanos.

 

FUNDACIÓN DE MÉXHICO-TENOCHTITLAN

 

En el año de 1325 se había fundado la ciudad-estado de Méshico Tenochtitlán sobre un islote en el centro de una gran laguna. Una de las historias tradicionales refiere que el dios Huitzilopochtli  había dicho a su pueblo que el  lugar para la fundación debía ser donde encontraran un águila posada sobre un nopal y devorando una serpiente, lo cual está referido en el Códice Mendoza, con la leyenda “Tenochtitlan”.   El escudo de armas de la actual república mexicana no es más que la reproducción fiel del glifo que designaba a la ciudad azteca.

 

 

ITZCÓATL

 

Con la llegada de Itzcoatl al poder,  el sacrificio humano comenzó a ser usado para intimidar a los pueblos candidatos a ser conquistados o para controlar a los ya subyugados.  El “tlatoani” era elegido  por un consejo formado por las autoridades de los barrios o “calpulli” que integraban Tenochtitlán y de acuerdo a sus habilidades para la guerra y a su ascendencia.

Con la creciente población  y sus demandas, apareció la  necesidad de una reorganización política-administrativa que les permitiera  tener buena tierra cultivable y suficiente agua, así como la construcción de nuevos edificios administrativos y rituales; desde luego el fortalecimiento militar era primordial.

 

 

TLACAÉLEL

 

TLACAELEL

Tlacaélel, un sabio poder detrás del trono 2316 Mauricio Gómez Morín

Itzcóatl nombra a su sobrino Tlacaélel como coadjutor gubernamental  “cihuacóatl”, para que lo asista en esta difícil tarea.  De esta manera Tlacaélel , se convierte en una de las figuras más importantes de la jerarquía meshica, un sabio poder detrás del trono.

Cuando Itzcóatl  muere,  Tlacaélel  continúa como “cihuacóatl” sirviendo a los “tlatoanis”

  • Motecuhzoma,

  • Axayácatl,

  • Tizoc

  • y posiblemente Ahuítzotl

 

Recibía el tratamiento de “tlatoani” y era considerado como el poder detrás del trono.  Participó en la constitución de la Triple Alianza, formada por Tenochtitlan, Acolhuacan (Texcoco) y Tlacopan,

 

El inicio del esplendor de México-Tenochtitlan se debe, en parte, a los sagaces oficios del joven príncipe llamado Tlacaélel, consejero de tres gobernantes mexhicas. Miguel León-Portilla, máximo especialista en el tema, hace el retrato de ese consigliere que, aunque ejerció siempre un gran poder, no sucumbió a la tentación de convertirse él mismo en tlatoani.

 

En el grandioso escenario del Valle de México, o Anáhuac se vivían tiempos de intensa agitación. Un reino, el de los tecpanecas de Azcapotzalco, tras haber consumado varias conquistas, se proponía someter a todos los habitantes de la región de los lagos. Primeramente cayó Tezcoco Acolhuacan. Ello ocurrió en un año 4-Conejo, equivalente a 1418. El príncipe tezcocano Nezahualcóyotl comenzó entonces una vida errante para escapar de las asechanzas de los de Azcapotzalco.

Pronto México-Tenochtitlan entró en la mira de los tecpanecas. Muerto Tezozómoc, se asentó en la estera real su hijo Maxtlaton. Era el año 12-Conejo, 1426. Guerreros de Azcapotzalco fueron entonces a dar muerte a Chimalpopoca, tlatoani, gobernante supremo, de Méshico-Tenochtitlan. La situación era en extremo tensa. Los principales mexhicas, Itzcóatl, el nuevo tlatoani, y los jóvenes príncipes Motecuhzoma Ilhuicamina y Tlacaélel —ambos de menos de treinta años—, se reunieron con otros, entre ellos Nezahualcóyotl.

 

Tlacaélel tomó entonces la palabra. Elocuente y con fama de sabio y de gran prudencia, entre otras cosas demandó de los señores mexhicas el envío de un embajador para hablar con Maxtlaton. Sus últimas palabras fueron: «Perded, mexhicas, el temor.» Tlacaélel se ofreció y marchó para hablar con el tlatoani de Azcapotzalco. La respuesta de éste fue: «Sumisión total o guerra.»

 

El pueblo mexhica vaciló, pero Tlacaélel dio ánimo al tlatoani Itzcóatl y rápidamente se concertaron alianzas con los señores de Tlaxcala y otros varios lugares. Nezahualcóyotl, por su parte, reunió hombres venidos de Tezcoco. Aunque antes se veía imposible, se formó entonces un formidable ejército comandado por Tlacaélel.

 

Actuó éste con sagaz estrategia y atacó a los tecpanecas de Azcapotzalco. En el año 1-Pedernal, 1428, como lo consigna escuetamente la Crónica mexicáyotl, lo que parecía inverosímil ocurrió: «Fueron conquistados los de Azcapotzalco.» En 1431 se entronizó Nezahualcóyotl en Tezcoco, y México-Tenochtitlan dio comienzo a sus años de esplendor. En una de las estructuras del Templo Mayor de los mexhicas hay una lápida con la fecha de 4-Caña (1431).

Tlacaélel rediseñó el reino tenochca, los cronistas españoles dicen que ordenó la quema de códices para borrar cualquier indicio de sus orígenes humildes y participó en la invención de una nueva historia que justificara su derecho a la supremacía, reestructuró la sociedad mexhica a la que dio una formación netamente bélica, influyó en el control de la mayoría de los pueblos de la Cuenca de México y en la extensión de territorios anexados al imperio, por la parte sur hasta lo que hoy es el norte de Guerrero y por el poniente hasta Tollocan, hoy Toluca.

 

TENOCHTITLAN

 

Para el año de 1520 la ciudad de Tenochtitlan se había transformado. Se estima que había alrededor de 700,000 habitantes.  Toda la ciudad estaba repartida en cuatro secciones con relación al templo mayor.

La mayor parte de las casas eran de un piso y pocas de dos, altas torres de templos sobresalían de entre las azoteas de las casas, ya que cada barrio tenía su adoratorio; todos los edificios eran muy blancos y la ciudad muy limpia.  La belleza de los edificios y particularmente la belleza de los jardines, tanto los situados en las terrazas como los dispuestos sobre el suelo, eran el orgullo de los habitantes de esta gran metrópoli y de sus gobernantes.

 

Desde lo alto del templo mayor se podían ver las calles largas y rectas, cortadas por canales por donde circulaban las canoas, el acueducto que llevaba agua dulce desde Chapultepec hasta la ciudad; la amplitud y la actividad de los muchos mercados, siendo el más grande el de la gran plaza central.  Se observaban las tres amplias calzadas  que entraban a la ciudad, la de Iztapalapa, la de Tacuba y la de Tepeaquilla, con puentes con mecanismos para regular el agua de la laguna.

 

La sociedad mexhica disfrutaba de una era de bonanza, era una sociedad jerarquizada para el mejor control administrativo del gobierno, que empleaba numerosos escribanos para tener constantemente al día los registros de distribución de tierras y el cobro de los impuestos.

 

 

De esta manera la gran ciudad de Meshico-Tenochtitlan se convirtió en la sede del imperio mesoamericano más grande y poderoso de aquella época.

 

Fuentes:

http://www.marloweeducation.mx/es/cultura/75-losaztecas1427-1520   Escrito por Aida Iglesias

http://www.letraslibres.com/revista/convivio/tlacaelel-un-sabio-poder-detras-del-trono

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Imágenes tomadas de internet.

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LAS GUERRAS FLORIDAS EN EL ANÁHUAC

© condiciones al final

 

Representación de las Guerras Floridas Diego Rivera

Representación de las Guerras Floridas Diego Rivera

GUERRAS FLORIDAS, XOCHIYÁOYOTL,

GUERRA RITUAL DEL ANÁHUAC[i]

Las guerras floridas o Xōchiyaoyōtl, en náhuatl, eran la recolección  divina de corazones de guerreros  del Anáhuac hecha por Huitzilopochtli, el dios Sol.

Eran un tipo de guerra ritual propio de los pueblos mesoamericanos en los siglos anteriores a la Conquista consistente en el acuerdo entre varias ciudades de organizar combates en los que se capturaban prisioneros de ambos bandos que eran sacrificados ritualmente; con frecuencia, se realizaban en condiciones de sequía o hambruna extrema.

LA GUERRA FLORIDA Y LA CONCEPCIÓN FILOSÓFICA DEL ANÁHUAC, TENÍAN CARÁCTER SIMBÓLICO RITUAL

Según determinadas teorías, el concepto de «La Batalla florida» es muy revelador de la concepción filosófica del Anáhuac: la guerra para los antiguos mexicanos, probablemente desde las primeras sociedades que hoy llamamos olmecas, tenía un carácter «simbólico-ritual».

GUERRAS FLORIDAS: ARMAS, FLOR Y CANTO

HERENCIA TOLTECA

Según los cronistas las Guerras Floridas surgieron en tiempos de Moctezuma Ilhuicamina, que tomó posesión del trono azteca hacia el año 1438 y gobernó durante unos 30 años, pero lo más probable es que fueran una herencia dejada por los toltecas y quizá desde los olmecas.

 

Moctezuma Ilhuicamina

Moctezuma Ilhuicamina

Los «guerreros de la muerte florecida» de estirpe tolteca en el periodo Clásico buscaban librar sus «batallas floridas» en su interior y sus armas fueron «flor y canto», su victoria, hacer florecer su corazón para dárselo como alimento a sus seres queridos.

“Es entonces probable que el trofeo que perseguía el guerrero de la “batalla florida” no era otro que su propia alma.” (Laurette Séjourné. 1957).

Cuando los sacerdotes decían que el Sol y los dioses necesitaban más comida, más sacrificios, dos pueblos del Anáhuac se enfrentaban una guerra florida solamente para contentar al Sol. En estas guerras, los dos pueblos mandarían sus caballeros a un campo sagrado para la batalla. Eran un poco como los torneos de la Edad Media en Europa, pero en este caso eran pueblos enteros los que se enfrentaban y con un resultado bien distinto, ya que no mataban al enemigo durante la batalla, sólo hacían prisioneros, para luego ofrecerlos a Huitzilopochtli, dios del Sol y de la guerra.

RECOLECTAR FLORES (CORAZONES) SACRIFICIOS HUMANOS

guerra florida

guerra florida

Los guerreros interpretaban que iban al campo de batalla a recolectar flores (corazones) porque en la piedra de los sacrificios, por el cuchillo del sacrificador, surgía la flor más preciosa, el corazón del hombre. De ahí el nombre de Guerras Floridas.

En las Guerras Floridas, cuando un guerrero era hecho prisionero, doblaba la rodilla y decía:«padre mío» al que lo capturaba, y éste exclamaba: «hijo mío».

Así se entendía que Huitzilopochtli mismo era quien lo capturaba. Morir en la piedra del sacrificio era el honor más grande que recibían el sacrificado y su familia, puesto que era deificado e iba a vivir con el mismo Sol, por el contrario, huir del sacrificio era una enorme deshonra.

Los corazones de los sacrificados eran depositados en el cuauhxicalli, la jícara o vaso de águila, y a él descendía el guerrero celeste (Huitzilopochtli) en forma de colibrí a libar la miel (la sangre) de aquella flor preciosa.

Estas guerras representaban lo más sagrado de la religión del hombre mesoamericano: la ofrenda del corazón y la sangre del hombre, al dios del Sol.

 

LA GUERRA FLORIDA Y SACRIFICIOS HUMANOS – INTERCAMBIO DE PRISIONEROS

Uno de los aspectos más conocidos (gracias a los cronistas españoles, que exageraron en muchos detalles) de la cultura de los aztecas (también conocidos como mexicas o tenochcas) es el sacrificio de prisioneros a los dioses que se realizaba en el Templo Mayor de México.

Para proveerse de los prisioneros necesarios para los sacrificios realizados con motivo de grandes celebraciones, como la coronación de un nuevo tlatoani, o para pedir a su dios Huitzilopochtli que se acabaran las desgracias que azotaban a cualquiera de sus pueblos, los habitantes del Anáhuac (otro nombre de la meseta central mexicana o altiplano mexicano -también llamada altiplanicie mexicana) establecieron un sistema de intercambio de prisioneros entre enemigos.

ORIGEN GUERRAS FLORIDAS: DESGRACIAS

Según algunos historiadores, estas guerras, llamadas floridas, parecen tener su origen hacia 1450. Ese año, según las crónicas indígenas, suceden una larga serie de desgracias, comenzando por una intensa nevada que heló las tierras y destruyó muchas casas. Le siguió una epidemia y una larga hambruna, tan excesiva que muchos vendieron a sus hijos a trueque de maíz en las provincias de Totonapan.

ACUERDO ENTRE ENEMIGOS

Guerras Floridas 1

Guerras Floridas 1

Para afrontar el problema se reunieron los máximos gobernantes de Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan, y «viendo que no cesaba la calamidad se juntaron todos tres con los señores de Tlaxcalan a tratar el remedio más conveniente para este efecto: los sacerdotes de los templos de México dijeron que los dioses estaban indignados contra el imperio y que para aplacarlos convenía sacrificar muchos hombres y que esto se había de hacer ordinariamente, para que los tuviesen siempre propicios.

Puesto que los sacrificados debían ser prisioneros capturados en combate, las tres ciudades de la Triple Alianza -México-Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan- acordaron celebrar guerras periódicas con sus enemigos, las ciudades de Tlaxcala, Cholula y Huexotzinco.

“(…) Xicoténcatl, uno de los señores de Tlaxcalan, fue de opinión, que desde aquel tiempo en adelante se estableciese que hubiesen guerras contra la señoría de Tlaxcalan y la de Tetzcuco con sus acompañados y que se señalase un campo donde de ordinario se hiciesen estas batallas y que los que fuesen presos y cautivos en ellas se sacrificasen a sus dioses, que sería muy acepto a ellos, pues como manjar suyo sería caliente y reciente, sacándolos de este campo; además de que sería lugar donde se ejercitasen los hijos de los señores, que saldrían de allí famosos capitanes y que esto se había de entender sin exceder los límites del campo que para el efecto se señalase, ni pretender ganarse las tierras y señoríos y asimismo había de ser con calidad que cuando tuviesen algún trabajo o calamidad en la una u otra parte habían de cesar las dichas guerras y favorecerse unos a otros…» (Ixtlilxochitl[ii])

ASCENSO SOCIAL DE LOS GUERREROS

Guerreros en la Guerra Florida

Guerreros en la Guerra Florida

Además de proveer de prisioneros para el sacrificio y servir de ejercicio y mantenimiento para el ejército, las guerras floridas eran un mecanismo para lograr el ascenso social individual. Los guerreros destacados, aquellos que logran volver a su ciudad tras varias capturas de enemigos vivos, ganaban el respeto y la admiración de su pueblo y compañeros.

Las capturas se realizaban tendiendo emboscadas y golpeando e hiriendo al enemigo con las macanas, las flechas y las lanzas. Como protección, los guerreros vestían cotas de algodón y escudos.

GUERRAS FLORIDAS DE LOS AZTECAS

NO MATABAN AL ENEMIGO, TOMABAN PRISIONEROS

 

guerrero azteca

guerrero azteca

Los guerreros mexicas en el periodo Postclásico, en sus “batallas floridas” no tenían como objetivo matar a su adversario, sino solo tomarlo prisionero para ofrendar sus corazones a su dios del Sol y la guerra, Huitzilopochtli.

LAS GUERRAS FLORIDAS TENÍAN CARÁCTER RITUAL Y SAGRADO, NO MATAR POR MATAR O POR DOMINAR AL OTRO

Guerra Florida no tomaban prisioneros

Guerra Florida no tomaban prisioneros

Debido al carácter sagrado de estas guerras el campo de batalla se convertía en un escenario donde los guerreros, nobles y plebeyos, acudían luciendo sus mejores galas.

El objetivo era atontar al enemigo y capturarle, en ningún caso matarle, una concepción bélica arraigada en el ejército azteca que sin duda le perjudicaría a la hora de enfrentarse a los españoles, una de tantas circunstancias que actuaron contra los aztecas al defender Tenochtitlan de los invasores.

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TLACAÉLEL Y LAS GUERRAS FLORIDAS

Tlacaélel[iii] introdujo una nueva visión de la historia mexica que se conserva en los textos de procedencia azteca que hoy día se conocen. En ellos, las divinidades mexicas, especialmente Huitzilopochtli, se sitúan en un mismo plano con los dioses creadores de las diversas edades o «soles», Tezcatlipoca y Quetzalcóatl, como puede verse, en la Historia de los Mexicanos por sus Pinturas…

Ver:

http://serunserdeluz.wordpress.com/2014/01/22/historia-de-los-mexicanos-por-sus-pinturas-fragmento/

Pero sobre todo, se trasluce en la documentación azteca ese espíritu místico- guerrero, del «pueblo del Sol», o sea de Huitzilopochtli, que tiene por misión hacer cautivos, con cuya sangre habrá de conservarse la vida del astro que va haciendo el día.

Hay en la Séptima Relación de Chimalpain un breve pero expresivo pasaje:

«El primero en la guerra, el varón fuerte. Tlacaélel, como se verá en los libros de años, fue quien anduvo haciendo, quien anduvo siempre persuadiendo a los mexicas de que su dios era Huitzilopochtli.»

Sobre Tlacaélel y Huitzilopochtli, ver:

http://serunserdeluz.wordpress.com/2013/01/04/dioses-aztecas-o-extraterrestres/

HUITZILOPOCHTLI

Huitzilopochtli levantando los cielos del Sur Códice Borgia Wiki

Huitzilopochtli levantando los cielos del Sur Códice Borgia Wiki

La figura de Huitzilopochtli dejó de ser el numen tutelar de una pobre tribu perseguida y se fue agigantando cada vez más, gracias a la acción de Tlacaélel (según dicen algunos historiadores).

El dios Huitzilopochtli aparece como el más poderoso. A él le dirigen las antiguas plegarias de la religión náhuatl y los sacerdotes también componen nuevos himnos en su honor, Como los que ya existían honrando a Quetzalcóatl

Huitzilopochtli, principalmente identificado con el Sol, es al mismo tiempo quien da vida y la quita, alentando la guerra en este Quinto Sol (la era en la que vivimos).

EL TEMPLO MAYOR DE TENOCHTITLAN

templo-mayor-azteca-Tenochtitlan

templo-mayor-azteca-Tenochtitlan

Por consejo de Tlacaélel, se empezó a edificar un rico y suntuoso Templo (después llamado Templo Mayor por los españoles) en honor de Huitzilopochtli.

Maqueta del Templo Mayor de Tenochtitlan

Maqueta del Templo Mayor de Tenochtitlan

En él se iban a sacrificar víctimas al Sol Huitzilopochtli, que había llevado a los mexicas a realizar grandes conquistas: primero de los señoríos vecinos, y luego de los más lejanos de Oaxaca, Chiapas y Guatemala.

Hablando con el rey Motecuhzoma llhuicamina, a propósito de la dedicación del templo mayor de Tenochtitlan, dijo Tlacaélel:

ORIGEN DE LAS GUERRAS FLORIDAS: TLACAÉLEL

«Sacrifíquense esos hijos del Sol, que no faltarán hombres para estrenar el templo cuando estuviese del todo acabado. Porque yo he pensado lo que de hoy más se ha de hacer; y lo que se ha de venir a hacer tarde, vale más que se haga desde luego, porque no ha de estar atenido nuestro dios a que se ofrezca ocasión de algún agravio para ir a la guerra. Sino que se busque un mercado donde, como a tal mercado, acuda nuestro dios con su ejército a comprar víctimas y gente que coma; y que bien, así como a boca de comal de por aquí cerca halle sus tortillas calientes cuando quisiera y se le antojase comer, y que nuestras gentes y ejércitos acudan a estas ferias a comprar con su sangre y con la cabeza y con su corazón y vida las piedras preciosas y esmeraldas y rubíes y las plumas anchas y relumbrantes, largas y bien puestas, para el servicio del admirable Huilzilopochtli.»

Este tianguis y mercado, digo yo Tlacaélel, que se ponga en Tlaxcala y en Huejotzinco, y en Cholula y en Atlixco, y en Tliliuhquitépec y en Técoac, porque si le ponemos más lejos (…), son provincias muy remotas y no lo podrían sufrir nuestros ejércitos. Es cosa muy lejana(…) y así será muy acertado que nuestro mercado y feria sea en estas seis ciudades que he nombrado; conviene a saber, Tlaxcala, Huejotzinco, Cholula, Atlixco, Tliuhquitépec y Técoac, la gente de los cuales pueblos tendrá nuestro dios por pan caliente que acaba de salir del horno, blando y sabroso… Y ha de ser esta guerra de tal suerte que siempre se esté en pié, para que cada y cuando quiera que queramos, y nuestro dios quiera comer y holgarse, acudamos allí como quien va al mercado a mercar de comer. . .

Tal fue en el pensamiento de Tlacaélel el origen de las «guerras floridas», organizadas para obtener víctimas que ofrecer a su dios Huitzilopochtli. Y así como introdujo reformas en el pensamiento y culto religioso, así también transformó (Durán), el orden jurídico, el servicio de la casa real de Motecuhzoma, el ejército, la organización de los pochtecas o comerciantes y aún, por no dejar, llevó a cabo la creación de un verdadero jardín botánico en Oaxtépec, en las cercanías de Cuautla, en el actual Estado de Morelos.

INTERPRETACIONES DE LAS GUERRAS FLORIDAS

Algunos autores como Piña Chán aseguran que su única función era la de obtener víctimas para los sacrificios humanos, forma de apaciguar a los dioses en unos momentos de intensas hambrunas.

Las guerras floridas también proporcionaban entrenamiento a los guerreros y medios de lograr gloria militar a los hombres jóvenes.

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Referencias

http://es.wikipedia.org/wiki/Xochiyáoyotl

http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/8522.htm

http://www.olimon.org/uan/portilla.pdf

Vidas de fuego

http://paseandohistoria.blogspot.mx

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Bibliografía

  • Anales de Cuauhtitlán en Códice Chimalpopoca. México, D. F.: UNAM, 1975.
  • De Alba, Ixtlixóchitl, Fernando. Historia de la Nación Chichimeca.
  • Piña Chán, Román (1972). Historia, arqueología y arte prehispánico. Fondo de Cultura Económica.
  • Séjourné, Laurette, Pensamiento y religión en el México antiguo, México, Fondo de Cultura Económica, 1957 ; traducción : Burning water, thought and religion in Ancient Mexico, Londres, New York, Thames & Hudson, 1957 ; La Pensée des anciens Mexicains, París, F. Maspero, 1966
  • Durán, Diego, Historia de las Indias de Nueva España e Islas de la Tierra Firme.2 vols. México, 1967.

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NOTAS PIE DE PÁGINA

[i]Anáhuac, otro nombre de la meseta central mexicana o altiplano mexicano (también llamada altiplanicie mexicana). Cem Ānáhuac, nombre dado por la civilización mexica al mundo conocido por ésta hasta antes de la invasión y conquista de México a manos de Hernán Cortés y la llegada de los europeos a América.

[ii] Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, Nacido hacia 1568, Fallecido hacia 1648, como hijo de español y mestiza su educación es una mezcla de ambas tradiciones culturales, dominando tanto el náhuatl como el castellano. Escribió varias obras, siendo la más importante la «Historia Chichimeca», escrita en castellano, donde recoge las pinturas, las relaciones de los indios viejos y los cantares de transmisión oral. Su visión texcocana de los hechos -Texcoco, aunque aliado de Tenochtitlan, tenía alguna rivalidad con ella- debe ser contrastada con la visión más cercana a los tenochca de Tezozomoc.

[iii] Tlacaélel: guerrero, pensador, economista, estadista y reformador religioso mexica. Se desempeñó en el cargo de supremo sacerdote de la diosa Cihuacóatl (mujer serpiente). Consejero de varios hueytlatoanis (emperadores mexicas) y terminó siendo el poder tras el trono del señorío mexica[1] durante cincuenta años (1428-1478)

 

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DIOSES AZTECAS ¿O EXTRATERRESTRES?

¿Dioses o extraterrestres?

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Ometecuhtli  y Omecihuatl Dioses Aztecas de la Dualidad

Ometecuhtli (El Señor uno ) y Omecihuatl (La Señora Dos)

Eran los dioses que formaban la dualidad creadora en la religión mexica. Miguel León-Portilla traduce a Ometéotl/Omecihuatl como Señor/Señora de la dualidad, implicando un solo dios de carácter dual.

Ometecuhtli, representa la esencia masculina de la creación. Es esposo de Omecihuatl y padre de

  • Tezcatlipoca rojo (Xipe Tótec),
  • Tezcatlipoca negro (Tezcatlipoca),
  • Tezcatlipoca blanco (Quetzalcóatl), y
  • Tezcatlipoca azul (Huitzilopochtli). También  llamado Tonacatecuhtli  «Señor de nuestra carne».

Omecihuatl (Mujer dos, Señora de la Dualidad), diosa que representa la esencia femenina de la creación en la religión mexica. Esposa de Ometecuhtli. También se le conoce como tonacacihuatlSeñora de nuestra carne.

Ometeótl es también llamado «in Tonan, in Totah, Huehueteotl«, «Madre nuestra, Padre nuestro, Viejo Dios». Reside en el Omeyocan, como dualidad y unidad masculino-femenina, «el Sitio de la Dualidad

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